Elogio de lo humano

El oso de los polos, la marmota y el perro
de vez en cuando suben muy libres sus dos manos,
y es como si quisieran convertirse en humanos,
mas no logran hacer los alfanges de fierro.

Su arma es convencional, no aprenden a hacer guerra,
pues no han desarrollado la santa inteligencia,
aún no saben de Dios ni conocen la ciencia,
ni el gran descubrimiento que por grande me aterra.

Es decir, aún no inventan al Animal Estado,
no tienen falsos héroes ni logran violar leyes,
no saben sacar uñas ni a nadie han torturado.

Sin oros ni diamantes, su vida es muy vacía,
sin príncipes ni historia, sin esclavos ni reyes,
van tristes, sin McDonald’s y sin tecnología.

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